El debate de las patentes por los medicamentos y las ganancias de las farmacéuticas es tan antiguo como complejo. Hace más de 50 años los productores de medicinas han convertido la salud en un negocio del que reciben millones de dólares.

descargaDe acuerdo con una reciente investigación una pastilla de Sofosbuvir, único medicamento que cura la hepatitis C, cuesta alrededor de mil dólares, aunque su producción solo le vale 60 dólares al laboratorio Gilead (casi 200 veces más que su fabricación). El tratamiento total para curar la hepatitis C tiene un costo de 84.000 dólares y una duración de 12 semanas.

Esta situación reviste mayor gravedad cuando se sabe por cifras de la Organización Mundial de Salud que en el mundo entre 130 y 150 millones de personas padecen de hepatitis C, y que al año mueren 700.000 personas por esta causa. En este sentido, en la mayoría de los países empobrecidos, adquirir la única medicina patentada contra este padecimiento es casi imposible. Y lo mismo sucede con los 70 tratamientos que existen contra el cáncer, que cuestan más de 110.000 dólares al año.

La función social de la propiedad intelectual en cuanto a medicamentos es algo que definitivamente no se cumple, porque no se piensa en el paciente sino en las ganancias millonarias.

Igual a lo ocurrido en 2013 con el medicamento Imatinib de la industria Novartis, que sirve para curar ciertas manifestaciones del cáncer, la India ganó la batalla para producir el Sofosbuvir y distribuirlo a bajo costo.

Uno de los países que se beneficia de este logro es Egipto, ya que, según cifras de la OMS, el 50 % de las 300.000 personas tratadas contra la hepatitis C en el mundo se encuentran en ese país.

Sin embargo existe una fuerte normatividad que se conoce como antidesvío y es que las personas deben entregar un completo informe de su situación de salud para evitar que el medicamento sea distribuido en todo el mundo. “Piden registros de nacionalidad, fotos, entrega de la caja vacía una vez termina el medicamento y hasta pruebas de sangre, con el objetivo de que no se comercialice en otros países”.

Si bien las industrias farmacéuticas han adquirido mucho poder, todos los gobiernos deben trabajar en la posibilidad de que se disminuyan los precios para que sus habitantes tengan acceso a estos medicamentos.

 ¿Si las industrias farmacéuticas se niegan a bajar precios se debe llegar a medidas como las llamadas importaciones paralelas, las licencias obligatorias, la utilización de los recursos de evasión de impuestos para pagar los tratamientos, la promoción de la fabricación de genéricos y, en el último caso, denunciar a estas industrias ante la justicia como violación de los derechos humanos?.