“La multinacional farmacéutica Gilead pagó 72.250 euros a la principal asociación de hepatólogos de España “

descarga.pngDurante 2015, la multinacional farmacéutica Gilead dueña del medicamento Sovaldi, el primer medicamento capaz de curar la hepatitis C y cuyo desmesurado precio supuso un enfrentamiento entre el Ministerio de Sanidad y las asociaciones de pacientes afectados por la hepatitis C, destinó 72.250 euros a la Asociación Española para el Estudio del Hígado, de ellos 42.000 fueron como donaciones y los otros 30.250 como “colaboraciones, patrocinios para la gestión de eventos”. Esta asociación representa a los hepatólogos más prestigiosos de España, algunos de ellos formaron parte del Comité de Expertos que diseñó el Ministerio de Sanidad para abordar la crisis de la hepatitis C. ¿Cómo un médico que es pagado por la propia multinacional farmacéutica puede ser un asesor imparcial del ministerio a la hora de aprobar la financiación de ese medicamento?

Esta sociedad médica también publicó el ‘Libro Blanco de la Hepatología en España’, lo hizo también con la subvención de Gilead, según se puede observar en su contraportada.

En la misma línea de corrupción y sobornos tenemos a la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos que también recibió 21.000 euros, según Gilead en tres partidas concretas, dedicadas a un programa de formación de educadores del virus de la hepatitis, el Congreso Nacional de personas que viven con la hepatitis 2015 y un proyecto para la detección temprana de la hepatitis C en prisiones. ¿Tienen algo que ver estos pagos para que la asociación presionara al ministerio para que aprobara la subvención del medicamento y que no presionara a la multinacional para que bajase el desorbitado precio del mismo?

Debería ser ilegal que la industria farmacéutica estuviera en contacto con los pacientes ya sea a través de sus organizaciones, ya con campañas de concienciación o con meros anuncios publicitarios. Creer que se puede colaborar con la industria para obtener un beneficio mutuo es una ingenuidad. Las asociaciones de enfermos deberían reflexionar sobre la moralidad de aceptar dinero obtenido en parte como resultado del saqueo de las arcas públicas.

FUENTE: http://cadenaser.com/ser/2016/06/30/sociedad/1467286731_667831.html