“Así condicionábamos desde Pfizer a los médicos”

José Precedo

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viagra.jpgHace un año la  multinacional farmacéutica Pfizer despidió a 30 directivos por pagos irregulares (sobornos) a médicos españoles

PAGO IRREGULAR  =  SOBORNO

Un exdelegado de la multinacional cuenta cómo en los 90 lograban influir en el personal sanitario para que prescribiese sus fármacos: “Todas las empresas hacían lo mismo, pero nosotros teníamos más dinero”

” Los regalos desmesurados y atenciones a los médicos en la multinacional vienen de muy lejos y están en el ADN de Pfizer. Ya lo hacíamos hace veinte años. Era una forma de condicionarlos, aunque es posible que últimamente con los escándalos que se han desatado y las multas millonarias a esta y otras farmacéuticas se relajasen esas conductas”.

Quien habla es V., que trabajó como delegado comercial de la multinacional más de un lustro. Este extrabajador de la farmacéutica sostiene que los conflictos de intereses entre su red comercial y los médicos del sistema público sanitario que desencadenaron el despido de 30 directivos del gigante farmacéutico el pasado noviembre eran parte de la filosofía de la empresa.

A finales de los 90, cuando él era uno de los delegados de la multinacional en España, Pfizer ya no escatimaba en gastos para influir en las prescripciones de los médicos de la Seguridad Social, explica: “Todas las empresas hacían lo mismo, pero nosotros teníamos más dinero”, recuerda ahora aquellos años. Él mismo contaba con su propio presupuesto: “Dos millones de pesetas para regalos y atenciones, al margen de lo que invertía el laboratorio desde la sede central en Madrid para pagar comidas, marketing, viajes, congresos y reuniones locales”.

corruption-health-care-industry-doctor-receivening-large-amount-euro-banknotes-as-bribe-46295582.jpg“Era una forma más de corrupción pero cuando estás dentro lo ves como algo de lo más natural. Porque es cierto que eran prácticas muy extendidas en todas las compañías”.

En aquella época, los delegados comerciales de las farmacéuticas llegaron a acuñar su propia jerga para referirse a las relaciones del negocio, un lenguaje que todavía se maneja en el sector. “Los tarugos son los médicos que se dejaban influenciar. Y de ahí surgió el verbo taruguear, que describía básicamente los mecanismos para convencerlos. Nosotros, los jefes de ventas, éramos los romanos que estábamos ahí de pie con traje y corbata a las puertas de la consulta, firmes, esperando al especialista de turno. La mejor forma de taruguear era con bolsas de viaje, congresos internacionales o incluso fines de semana de placer con todos los gastos pagados”. Recuerda un programa de una conocida agencia de viajes que alguno de sus compañeros utilizaba para ir captando a los médicos más jóvenes. “Los mandábamos de dos en dos a un hotel y les alquilábamos un coche para el fin de semana. Luego la relación con esos médicos ya se mantenía siempre y, cuando ascendían, estaban más abiertos a nuestras recomendaciones y a citar nuestros productos en sus conferencias y publicaciones”.

29002_medicamentos-euros-billetes.jpgEsos médicos, jefes de servicio o especialistas, con capacidad de influencia entre sus compañeros eran denominados “capos” en el argot. Y para ellos había, según V., atenciones especiales: “El top de la época era el viaje transatlántico, los congresos en Nueva Orleans o en Chicago. Eran billetes de avión de medio millón de pesetas por persona. Y uno muy solicitado en el caso de los psiquiatras era el que programaba la Asociación Psiquiátrica de America Latina (APAL) en lugares como Cuba o Cartagena de Indias. Luego estaban los congresos europeos y en último puesto, los españoles”. Sostiene, no obstante, que muchos médicos rechazaban estos tratos. Y que incluso entre los “tarugos” había clases: “Estaban las plumas de oro o capos, líderes de opinión, nacionales, provinciales, médicos con mucha ascendencia entre sus compañeros. Puede ser un jefe de servicio de un hospital con influencia sobre los demás. Si Pfizer montaba un congreso en un hotel, ellos siempre tenían su charla”.

Según el relato de este extrabajador, la multinacional ponía especial esmero en mimar a la cantera de médicos. “En la rama de Psiquiatría, por ejemplo, la multinacional programaba cada año, y siempre en ciudades turísticas, el examen PRITE, una prueba que se realiza en Estados Unidos, y que permitía comparar los resultados con los de sus colegas norteamericanos. La prueba se celebraba en fin de semana y tras el examen llegaba la fiesta. Los aspirantes, recién acabada la especialidad, disfrutaban de cena y copas a cargo de Pfizer. Recuerdo una en la discoteca Olivia Valere de Marbella [un local frecuentado por las élites económicas de la ciudad malagueña entonces]. Todos los delegados íbamos con fajos de invitaciones a copas. La fiesta acabó cuando se habían gastado dos millones de pesetas”. Reconoce que desde principios del año 2000 las autorregulaciones de las farmacéuticas se han hecho más exigentes y que la paulatina introducción de los genéricos ha reducido mucho las posibilidades de negocio. “Pero es muy difícil revertir esa cultura interna de intentar influir en los médicos para que receten sus fármacos y ahora el botín está en la farmacia hospitalaria asociada a los enfermos crónicos”.