El valproato o ácido valproico es un medicamento utilizado en el tratamiento de pacientes epilépticos, bajo la marca Depakine, y en pacientes con trastornos bipolares bajo el nombre comercial de Depakote y Depamide. Ambos comercializados por la multinacional farmacéutica francesa Sanofi-Aventis.
Estos medicamentos se vienes utilizando desde los años 70 y sus efectos secundarios durante el periodo de gestación comenzaron a ser evidentes en la década de los 80 aunque sin llegar a establecer una relación de causalidad de las anomalías con el medicamento. Se sabe que el valproato es altamente teratogénico, es decir, se trata de una sustancia capaz de provocar un defecto congénito durante la gestación del feto. Estas alteraciones fetales y neonatales incluyen: malformaciones del tubo neural, crecimiento retardado dentro del útero y alteración en el desarrollo físico y neurológico de los niños expuestos durante el embarazo.
Es ahora cuando la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento de Francia (ANSM) ha presentado las primeras conclusiones del «programa de estudios farmaco-epidemiológicos» sobre el tratamiento de la epilepsia y la bipolaridad en el embarazo. Para ello han estudiado los efectos de este medicamento en 7,5 millones de embarazadas entre 2007 y 2014. Del total de embarazos, 14.322 sufrieron «un nivel elevado de exposición al valproato y sus derivados». Estas últimas dieron a luz 8.701 niños vivos (un 61%) de éstos, 450 niños padecían alguna malformación o daño neurológico generado por la ingesta de ese medicamento (3%), 4.300 embarazos fueron abortados voluntariamente (30%), 1.206 sufrieron abortos espontáneos (8%) y 115 nacimientos sin vida (1%). Luego el 42 % de los embarazos tratado con acido valproico sufrieron daños en mayor o menor medida por el medicamento.
Los padres de los afectados aseguran que el estado francés y Sanofi han sido muy lentos en confirmar los efectos secundarios, ya que estos comenzaron a manifestarse en la década de los 80. La asociación que reúne a los afectados del valproato estiman en 50.000 el numero de personas vivas afectadas con malformaciones o con autismo.
La ANSM ha asegurado va a continuar estudiando el efecto de esta sustancia en las mujeres embarazadas, especialmente para comprobar cuáles son los efectos neurológicos a largo plazo del valproato en los niños.
Por ahora la multinacional farmacéutica francesa Sanofi-Aventis no he hecho ningún comunicado público, sólo ha expresado su «total trasparencia» y «colaboración» con las investigaciones de las autoridades sanitarias francesas.
En España, en enero de 2015, la Agencia Española de Medicamentos lanzó una advertencia corroborando que Depakine estaba provocando bebés con malformaciones.
Las autoridades sanitarias han esperado demasiado para advertir de los daños de los medicamentos tal vez para no “crear alarma” o también para no estropear el negocio a los laboratorios, en este caso la francesa Sanofi. No hay que olvidar que Sanofi aún tiene juicios pendientes, tanto en Francia como en España por otro medicamento, el Agreal que, recetado para los sofocos de la menopausia tiene importantes efectos secundarios sobre el sistema nervioso.