La nueva “superpatronal” del fármaco en España se llama Foro de Industrias Biomédicas (FIB)

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Recientemente se ha puesto en marcha El foro de Industrias Biomédicas (FIB), impulsado por las seis grandes patronales del sector sanitario.

Según el foro, su objetivo es reforzar la “colaboración” con la Administración y “promover soluciones” que contribuyan al desarrollo del medicamento y los productos sanitarios. Además  promoverá “nuevos marcos de regulación” y desempeño estables que permitan conciliar acceso a la innovación y sostenibilidad del sistema sanitario. En definitiva, influir en la administración para mantener y desarrollar su negocio del medicamento. Hacer lobbying.

El nuevo Foro está integrado por:

  • Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg),
  • Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp),
  • Asociación Española de Bioempresas (Asebio),
  • Asociación Española de Biosimilares (Biosim),
  • Federación Española de Industrias de Tecnología Sanitaria (Fenin)
  • Farmaindustria

Y si observamos la  política comunitaria europea vemos que cada día cuenta  con más componentes de lobbying, para que los sectores económicos puedan influir en las políticas que emergen de las instituciones que gobiernan el continente. La industria farmacéutica gasta anualmente (entre laboratorios, patronales y consultoras) unos 40 millones de euros en este concepto, según el último informe de la Health Action International (HAI) y el Corporate Europe Observatory (CEO) sobre los datos del Registro Europeo de Transparencia.

Entre los laboratorios que más dinero destinaron a hacer lobby destacan Bayer AG, Merck Sharp & Dhome, GlaxoSmithKline. Por detrás quedaron compañías como Pfizer, Novartis, Genzyme, Amgen, AstraZeneca y Bayer, que completaron el top ten de las firmas que más invierten en influir en la política europea y que gastan grandes sumas en hacer lo mismo en EEUU.

Para acompañar la labor de las compañías en Europa, existen además 22 patronales del sector, entre las que se encuentra la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (EFPIA).

Junto a esta, aparecen inscritas la Asociación de la Industria del Autocuidado, la asociación de Fabricantes Europeos de Vacunas, la asociación de Empresas Biofarmacéuticas Europeas, la Asociación Europea de Medicamentos Genéricos, la Alianza Europea por un Cuidado de la Salud Coste-Efectivo, la Confederación Europea de Emprendedores Farmacéuticos y la Asociación de Terapias de Plasma y Proteínas.

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Asimismo, existe un grupo de 24 consultoras que hacen lobby en la UE en favor de la industria farmacéutica. Destacan firmas como Burson-Marsteller, que tiene como clientes a Bayer Schering, Pfizer, Johnson & Johnson, Novartis, Lilly, Celgene, NovoNordisk, AstraZeneca, Amgen, BMS o Genzyme. Otras entidades destacadas fueron Hill & Knowlton International Belgium o Fleishman-Hillard.

Pero no sólo es dinero lo que gastan, la industria farmacéutica mantiene reuniones frecuentes con los departamentos y personal de la Comisión Europea, de hecho, los partenariados público-privados más grandes en la Unión Europea son realizados con la industria farmacéutica. Los canales de influencia que la industria farmacéutica utiliza para promover sus intereses son, por ejemplo, la participación en los grupos consultivos de la Comisión Europea o las reuniones que ha llevado a cabo EFPIA – la Federación Europea de las Industrias y Asociaciones Farmacéuticas – con la Comisión Juncker.

El papel de estos «asesores» es vigilar, condicionar e incluso amenazar a cualquier país que tome medidas que podrían mermar los beneficios de las empresas que representan. Así tenemos el ejemplo bien conocido de como EEUU amenazó a la Republica  Dominicana con retirar el privilegio sobre a exportación de productos textiles si este país no retiraba su planes de importación paralelas de medicamentos genéricos. Puro y duro chantaje.

El control legislativo es uno de los ejes clave de la estrategia comercial de las grandes multinacionales del sector.