Uganda acoge ahora a más refugiados que cualquier otro país africano, aceptando más refugiados que el número de personas a quienes se les concedió asilo para toda Europa en 2016.
Mientras que los refugiados que llegan están en relativamente buena salud, muchos hablan historias de violencia horrible en su lugar de origen o en su viaje, mientras que la escala de la afluencia de refugiados ha empujado hasta el límite a la política de refugiados ugandesa. Muchas personas no disponen de agua ni de refugio… además el flujo de refugiados no muestra signos de disminución, con lo cual se prevé una situación crisis humanitaria grave en los próximos meses.
Sudán del Sur se enfrenta a una grave crisis humanitaria causada por tres años de guerra civil. En febrero del 2017 se declaró situación de hambruna – el máximo nivel de alerta – en varias zonas del país, lo que significa que ya hay miles de personas que están muriendo de hambre. A estas hay que sumarles los casi 5 millones más que se enfrentan al hambre extrema.
La crisis de poder que estalló en Juba en 2013 provocó que Sudán del Sur entrara en una espiral de violencia política y étnica que se ha ido extendiendo rápidamente por muchas partes del país, y que ha causado la muerte de miles de mujeres, niños y hombres.
Desde entonces, más de 3,5 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a la guerra. De estos 3 millones, alrededor de 1,6 han buscado refugio en los países vecinos, principalmente en Etiopía, Kenia, Sudán y Uganda. A pesar del tratado de paz que se negoció en 2015, la violencia continúa aumentando a un ritmo alarmante y cada día miles personas se ven obligadas a abandonar el país.
Esta es la mayor crisis de refugiados del continente africano.
Al verse obligadas a abandonar sus granjas y ganado, estas comunidades mayoritariamente agricultoras y ganaderas han perdido la principal fuente de alimentación de sus familias. La economía del país ha caído en picado, los precios de los alimentos y de los combustibles se han disparado y el coste de vida continúa subiendo vertiginosamente. El comercio y los mercados locales se han visto afectados y las reservas de alimentos se han agotado.
Los refugiados describen una violencia incontrolada, que incluye asesinatos, enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y grupos armados, robos y extorsiones por parte de estos últimos, que además impiden la salida de quienes no pueden pagar, así como agresiones sexuales a las mujeres.
Los refugiados también cuentan que estos grupos armados están secuestrando niños mayores de 12 años en los colegios y amenazando a la población. También se apunta a un alza de las desapariciones de personas.
Sudán del Sur grita justicia. El país más joven del mundo, y con grandes reservas de petróleo…sangra por todos los costados.