Una investigación del Instituto Hotchkiss del Cerebro de la Universidad de Calgary (Canadá) ha descubierto que un tratamiento común para el acné puede servir también para frenar el desarrollo de la esclerosis múltiple (EM) recurrente-remitente en los pacientes que acaban de experimentar los primeros síntomas.
El fármaco en cuestión es la minociclina, comercializada en España como ‘Minocin’ y podría representar una opción segura y más económica para miles de pacientes, según los autores del estudio, que ha sido publicado en la revista New England Journal of Medicine.
El compuesto actúa reduciendo el daño por la inflamación que produce la EM sobre la mielina, la capa protectora que recubre los nervios. En el ensayo clínico que ha demostrado estas conclusiones participaron 142 pacientes de entre 18 y 60 años que habían comenzado a padecer los primeros síntomas desmielinizantes.
Transcurridos seis meses de tratamiento, se evidenció que el riesgo de que la enfermedad progrese a una fase más avanzada era del 33,4% en los pacientes tratados con minociclina y de 61% en aquellos que recibieron placebo. Un impacto similar al que consiguen las terapias actuales.
La diferencia estriba en que el el tratamiento diseñado específicamente para este subtipo suele tener un coste de entre 20.000 y 40.000 dólares anuales(unos 17.800 y 35.000 euros), mientras que el uso de la minociclina costaría apenas 600 dólares (unos 534 euros) al año. Además, han señalado los autores, como ya lleva casi 50 años de comercialización en Canadá, no requiriría autorización para esta nueva indicación.
“Los resultados clínicos son convincentes”, ha declarado Luanne Metz, autor principal del estudio, quien considera que “los neurólogos deberían prescribir minociclina para las personas que experimentan sus primeros síntomas de desmielinización si una resonancia magnética determina que puede deberse a una esclerosis múltiple”.
“Los pacientes tendrán ahora otra opción de tratamiento, que no requiere inyecciones, un seguimiento en el laboratorio o una autorización especial de su compañía de seguros, lo que suele retrasar el inicio del tratamiento de tres a cuatro meses cuando la minociclina podría utilizarse de inmediato”, ha añadido Metz.