Como era de esperar, la pobreza se revela como uno de los principales factores de riesgo para la salud, tal como ha advertido recientemente un estudio publicado en la revista The Lancet. Ahora, una investigación que publica la Revista Española de Cardiología, ha dejado en evidencia la relación, en España, entre producto interior bruto (PIB) y mortalidad cardiovascular.Según constata el estudio español, las comunidades de Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia y Asturias se postulan como las que tienen tasas de mortalidad total por patología cardiaca más elevadas y, al mismo tiempo, menor producto interior bruto (PIB) contabilizado por habitante.
En efecto, a pesar de que la patología cardiaca se revela como la primera causa de muerte en España (29,66 por ciento de la mortalidad) existen diferencias entre las comunidades autónomas, siendo Andalucía la región con mayor índice de mortalidad cardiovascular (33,16 por ciento) y Canarias la de índice menor (24,34 por ciento).
Los investigadores, han constatado, por tanto, que existe una asociación inversa entre riqueza y mortalidad por causas cardiovasculares.
Los resultados del estudio ponen de manifiesto que la riqueza económica de una región equivale a uno de los factores por tener en cuenta en la estimación del riesgo cardiovascular, así como a la hora de establecer medidas preventivas.
“Así, se debería añadir a los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, otras variables sociales como el grado de cobertura y la calidad del acceso a todos los niveles sanitarios, la estructura del mercado laboral o el nivel educativo, factores todos ellos influidos por el PIB”.
A mayor PIB, menor número de angioplastias y marcapasos
“En el análisis observamos una correlación entre menor PIB y mayor mortalidad por cardiopatía isquémica y enfermedad cerebrovascular, así como un menor número de intervenciones como angioplastias, cirugías o marcapasos”.
CONCLUIMOS: «SER POBRE NO ES BUENO PARA EL CORAZÓN»