Switzerland_WHO_NTD_Summit_88358Bill Gates solicitó hoy, en la conferencia Mundial de Enfermedades Tropicales Desatendidas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mayores inversiones en la lucha contra estas enfermedades, de manera que en 2030 se pueda dar tratamiento al 90 % de las personas que lo necesitan.

«Necesitamos un abanico más amplio y profundo de inversores para continuar proporcionando soluciones innovadoras de medicamentos contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas » señaló Gates.

Y ya se han anunciado donaciones por 812 millones de dólares en torno a las jornadas que se celebran en Ginebra.

Eso sí, Gates de nuevo, se ha olvidado cuestionar los precios abusivos e injustificados de los medicamentos así como la canallada de las patentes sobre los mismos, de donde se nutren los beneficios de las grandes farmacéuticas (que también estaban presentes en la reunión de hoy).

Gates recalcó que “hay que recordar al mundo cuán terroríficas son estas enfermedades, porque algunas causan estigmas sociales además de dolores y la muerte”, pero también «atrapan a familias en este ciclo vicioso de pobreza intergeneracional» y amenazan sus economías.

Según Gates, las bacterias o parásitos causan la enfermedad, que genera daños, estigma social o muerte, esto afecta a las familia empobreciéndolas y este empobrecimiento daña a las economía del país.

Me preocupa sobre todo la mentalidad que hay detrás de este análisis y que es una mentalidad que posteriormente se plasma en los planes y objetivos concretos de la OMS (“más dinero para más medicamentos”).

Es una mentalidad biologicista. El origen y la causa de las enfermedades de los empobrecidos son las bacterias y parásitos con lo cual la solución lógica a dicho planteamiento es la inversión económica en tratamientos efectivos. Y así, si acabamos con el agente causante de esta enfermedad podremos disminuir la situación de empobrecimiento de la familia, de la comunidad y del país y mejorar así su economía.

Esta forma de pensar elimina cualquier causa política, social, cultural o económica del problema o los deja como algo marginal.

Frente a esta mentalidad tenemos la realidad de los hechos. Las enfermedades de los empobrecidos tienen mas que ver con situaciones de inmunodepresión por hambre, movimientos migratorios forzados, enfrentamiento bélicos, enriquecimiento inmoral de empresas internacionales utilizando para conseguirlo la corrupción de políticos y militares, reglas de mercados injustas, control tecnológico de los países…. y frente a esta realidad, el poner el objetivo en planes terapéuticos con aumento de inversiones en medicamentos convierte a estas medidas en elementos asistenciales a corto plazo que no resuelven los problemas a medio y largo plazo.

Hay que alejar a Bill Gates, las fundaciones y las farmacéuticas de la Organización Mundial de la Salud y dejarla como un lugar de encuentro, debate y análisis intergubernamental sobre los problemas de salud a nivel mundial donde el bien común sea la regla de juego principal frente a los “intereses interesados” particulares.